Llombera
es el lugar en el que se dieron las primeras explotaciones
de minas de carbón en nuestra comarca, en las que
los mineros tuvieron que soportar duras condiciones laborales;
las tareas de arrancar a la tierra el “oro negro”
exigió, y continua exigiendo hoy a estos trabajadores
caros tributos: su salud, e incluso su vida.
La situación ha mejorado notablemente pero no por
ello se puede dejar de sentir un enorme respeto hacia estos
hombres, capaces de realizar su actividad laboral en un
medio que pese a esa evolución favorable, continúa
siendo evidentemente agresivo.
Por esto los que pertenecen a esta comarca son conscientes
de la enorme dependencia que tienen con relación
a la minería del carbón, dependencia que sacrificó
y continúa sacrificando generaciones enteras de hombres,
que sacrifica nuestros montes, nuestras aguas, los legados
de nuestros mayores; que condiciona toda su vida.
La riqueza mineral, que yace enterrada desde
hace miles de años y concentrada en determinados
puntos siguiendo leyes, o caprichos, de la Naturaleza, se
explotan cuando las necesidades o conveniencias históricas
así lo exigen.
La
existencia de carbón en el subsuelo de esta comarca
era conocido desde antiguo,
Según datos del documento de 1860 en el que un poder
emitido por Felipe Liébana, de La Losilla, y Gregorio
Díez, abogado, de Ranedo de Curueño se inscribió
la Sociedad Minera "La Confianza", para lo cual
registraron las minas de carbón de piedra llamadas
Diana, Improvista, Proserpina, Iberia, Gerundiana, Posterior
situadas en los términos de los pueblos de Santa
Lucía, Vega de Gordón y Llombera, del ayuntamiento
de Pola de Gordón.
Se
inician la explotación en el segundo tercio del siglo
XIX en el lugar denominado las Cribas. Poco a poco las explotaciones
se extendieron a las Himias y Competidora (Propiedad de
la Hullera Vasco Leonesa) y paralelamente otras
minas de menor importancia
y diferentes propietarios en las que siempre
trabajaron mineros de Llombera: Tabliza, Gamonera, Conchita…
En
la zona conocida como Cuenca Ciñera-Matallana, empezó
a adquirir importancia en torno a 1870, década en
cuyos primeros ocho años entran en actividad cuatro
minas: Emilia, Bernesga 3ª, Ramona y Candelaria.
Las empresas mineras de la comarca –Hulleras del Bernesga,
Hulleras de Ciñera, Hulleras de Pola de Gordón,
Compañía Minera Anglo-Hispana, Sociedad Carbonífera
de Matallana, Hulleras de Orzonaga y varias decenas más
confluyeron con sus propias evoluciones internas en Hullera
Vasco Leonesa que se constituye legalmente por escritura
pública el 19 de Octubre de 1893.
En
el desarrollo de la minería leonesa del carbón
se pueden establecer tres grandes etapas:
1.- Desde 1840 a 1884, tuvo escasa importancia debido a
las limitaciones de los medios de transporte que provocaron
fracasos en explotación a gran escala.
2.-La
segunda etapa se considera desde 1885 a 1939. en esta época
se construye el ferrocarril de La Robla a Balmaseda (1889),
con iniciativa y capital vasco, y se formaron varias sociedades
mercantiles como “Hulleras de Sabero y Anexas”
y “Hullera Vasco Leonesa”. La producción
tiene un enorme desarrollo cuadruplicándose respecto
a la anterior etapa.
3.-
La tercera etapa iría desde 1940 hasta el momento
actual, aunque en ella se pueden considerar dos fases perfectamente
diferenciadas:
a) Desde 1940 hasta la crisis de 1958. En esta fase hubo
un aumento continuado de la producción, de puestos
de trabajo y del número de minas en actividad. A
partir de 1958 se inicia la crisis debido a la liberalización
de las importaciones de combustibles líquidos.
b) En la década de los sesenta se produjeron algunas
transformaciones en la minería, destacando una modernización
de las explotaciones. Pero fue en 1976 cuando la crisis
tocó fondo, en ese año el carbón apenas
representó el 15% del consumo interno de energía.
De más de 200 empresas existentes en la región
en 1960, sólo quedaron 75 apenas quince años
más tarde.